El pasado sábado pudimos disfrutar de la conferencia
"Asteroides Asesinos" a cargo de Adolfo San Segundo.
Comenzamos con una explicación de qué es un asteroide, de
dónde proceden y recalando en algunos de los más famosos como Ceres o Vesta.
Adolfo nos explicó que los observatorios profesionales no
tienen mucho tiempo para dedicarse a escudriñar el cielo en busca de nuevos
objetos de este tipo, por lo que los astrónomos aficionados podemos realizar
una interesante labor en este campo. Para ello lo que deberíamos hacer en
primer lugar sería obtener un código MPC (Minnor Planet Center), para que las
medidas astrométricas tomadas sean tenidas en cuenta por los organismos
oficiales.
Fue muy interesante el ver como la mejora de los equipos
astronómicos y la introducción de los observatorios robotizados han ido
marcando el grado de descubrimiento de los asteroides, y pudimos ver una
estupenda animación en la cual se representaban las posiciones de estos objetos
alrededor de la tierra y su año de descubrimiento, creciendo el número de asteroides
conocidos de forma exponencial en los tiempos más recientes.
También pudimos conocer la diferencia entre los NEOs y los PHA,
intersecando estos últimos con el plano de la órbita terrestre, lo que les
añade un grado de peligrosidad.
Adolfo nos hizo reflexionar acerca del grado de equilibrio
cósmico en el que vivimos y darnos cuenta de que es cuestión de tiempo el que
seamos impactados por un meteorito de cierto tamaño. Y es que todos los astros
del sistema solar incluidos los propios meteoritos están sembrados de
cicatrices de impacto. La tierra al ser un planeta con gran actividad geológica
y sometido a la erosión va disimulando estas marcas, pero hay algunas de ellas
que son claramente visibles como Adolfo nos enseñó en diversas fotografías,
como por ejemplo del famoso cráter Barringer de Arizona o de los canadienses Clearwater
Lakes, que forman una pareja espectacular y de gran belleza.
Para defendernos de estas amenazas existen diversos modelos
teóricos que pudimos ver como las velas solares o naves que ejerzan una atracción
gravitatoria suficiente sobre el asteroide como para alterar su órbita.
También pudimos disfrutar del tacto de un fragmento del
meteorito caído en Shikhote-Alin (Rusia) el 12 febrero de 1947. Su contenido en
hierro era muy elevado y pudimos apreciar su elevada densidad, ya que a pesar
de ser un fragmento pequeño pesaba bastante en relación a su tamaño. Esta parte
fue acompañada de unas imágenes de un documental ruso.
Por último, recalamos en la teoría de Luis Álvarez y su hijo
Walter que relaciona la extinción de los dinosaurios con la caída de un asteroide
sobre la Tierra. La hipótesis científica se basa en los altos contenidos de
iridio de ciertas capas de la corteza terrestre ubicadas a lo largo y ancho de
la geografía actual. En concreto, en España (Caravaca, Zumaya y San Sebastián) se
midieron concentraciones altas de este material, que se encuentra abundantemente
en los asteroides.
Terminada la exposición pudimos realizar todas las preguntas
que nos surgieron con esta brillante charla.
Agradecemos a Adolfo lo actualizado de su exposición ya que
tuvimos la suerte de contar con un ejemplo muy gráfico de los asteroides
asesinos, gracias al que cayó el día anterior sobre Rusia y su presentación ya
contaba con estas imágenes.